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Somos más que una empresa, somos una emoción que surge de la fusión entre la cultura y la tradición. Desde el cuidado y cultivo del agave hasta el proceso de destilación, cada paso de nuestro proceso de producción está impregnado de siglos de sabiduría transmitida a lo largo de tres generaciones de maestros mezcaleros.
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El proceso comienza con la cuidadosa selección y cosecha del agave. En nuestra empresa, se eligen únicamente agaves maduros, cultivados en los campos de la región de Oaxaca. Los jimadores, con su experiencia transmitida de generación en generación, seleccionan y cortan los agaves con precisión, respetando el tiempo y la madurez óptima de la planta.
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Una vez cosechados, los corazones de agave, conocidos como piñas, se transportan a los hornos cónicos de piedra volcánica tradicional. Allí, las piñas se cocinan lentamente durante varios días, utilizando leña de mezquite u otras maderas seleccionadas. Este proceso de cocción lenta y controlada permite que los azúcares del agave se caramelicen, aportando complejidad y profundidad de sabor al mezcal.
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Después del cocinado, las piñas de agave se trasladan a tahonas o molinos de piedra, donde son trituradas para extraer los jugos dulces y fibrosos del agave. En nuestra empresa, preferimos la molienda tradicional con piedras de lava o granito, que preservan los sabores y aromas naturales del agave.
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Los jugos de agave obtenidos de la molienda se trasladan a grandes tinas de madera para la fermentación, donde se añade agua natural de manantial y se incorpora la levadura natural presente en el ambiente. Durante varios días, las levaduras fermentan los azúcares del agave, transformándolos en alcohol y produciendo los característicos sabores y aromas del mezcal.
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Una vez completada la fermentación, el líquido resultante, conocido como mosto, se somete a un proceso de destilación en alambiques de cobre tradicionales. En nuestra empresa, destilamos el mezcal dos veces para obtener una mayor pureza y suavidad en el producto final. Durante la destilación, se separan los componentes indeseables y se concentran los sabores y aromas característicos del mezcal.
Finalmente, antes de ser envasado, el mezcal pasa por un proceso de filtrado para eliminar impurezas y obtener una claridad óptima. Este filtrado final garantiza la calidad y la pureza del producto, listo para ser disfrutado por los amantes del buen mezcal.
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Con cada paso del proceso, desde la cosecha hasta la destilación y el filtrado previo al envasado, buscamos preservar la autenticidad y la calidad del mezcal oaxaqueño, honrando la rica tradición y el arte de su elaboración artesanal.
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